- Preparación -
- Desleír la levadura junto a la cucharada de azúcar en el agua templada.
- Mientras, tamizar la harina en un bol y mezclarla con la sal.
- Abrir un hueco en el centro y verter el aceite y la mezcla de levadura con agua y azúcar, con una cuchara de madera ir mezclando hasta que comience a formarse la masa, entonces, utilizar la mano, con los dedos abiertos. No hay que amasar en exceso, solo conseguir una masa suelta.
- Echar un poco de harina sobre la superficie de trabajo y sacar la masa para formar una bola.
- Poner en un bol limpio con un poco de harina espolvoreada, cubrir con un paño y dejar reposar en un sitio cálido durante una hora, hasta que doble de tamaño.
- Aplastarla con los dedos para sacar el aire y repartir la masa en cuatro bolas.
- Tomar cada bola y estirarla fina. Si no las vamos a utilizar todas, se pueden envolver, una vez estiradas, en papel de hornear con un poco de harina y congelar.
- Poner una sartén que se pueda meter en el horno al fuego con un chorrito de aceite y colocar una de las bases encima. Cocinarla a fuego medio durante 5 o 7 minutos, hasta que la base comience a hincharse en bultitos.
- Extender un poco de puré de tomate con orégano sobre la base de pizza, repartir la mozzarella fresca sobre ella, partida con las manos (nunca cortar con cuchillo para no romper sus hebras), los tomates cherry cortados a la mitad y rociar con un poco de aceite de oliva.
- Llevar al horno (precalentado a 220º C) durante 10 o 15 minutos.
- Sacar con cuidado de no olvidar que el mango de la sartén estará muy caliente, usar un paño para cogerlo.
- Colocar en el plato de servir y espolvorear con un poco más de orégano.
- Consejo -
Al hacer la pizza combinando sartén y horno se consigue un resultado que emula al de un horno profesional de pizzería. La pizza estará crujiente, fina y muy sabrosa.
COMPARTIR
IMPRIMIR